
La Fraternidad Sacerdotal San Pío X es una sociedad sacerdotal de vida común, fundada por el Arzobispo Marcel Lefebvre en 1970. Sus miembros celebran la Santa Misa exclusivamente en rito tradicional, como era costumbre en toda la Iglesia romana antes del Concilio Vaticano II, y se esfuerzan por propagar la fe católica sin reducirla ni diluirla.
La Fraternidad Sacerdotal fue erigida canónicamente en Friburgo el 1º de noviembre de 1970 por Mons. François Charrière. Tiene ahora establecimientos en más de 60 países en los cinco continentes y dirige seis seminarios internacionales. Más de 600 sacerdotes pertenecen a ella, activos en distintas obras: la mayoría se consagran a apostolados en prioratos y capillas de la Fraternidad, otros se dedican a la enseñanza a nivel primaria, secundaria o superior, predican ejercicios espirituales o aseguran la capellanía de conventos. Además, la Fraternidad sacerdotal dirige misiones y varias obras de caridad.
La Fraternidad Sacerdotal San Pío X también comprende una orden de hermanos y oblatas (religiosas) que ayudan a los sacerdotes en las distintas comunidades.
Varias congregaciones religiosas, inspiradas por el mismo espíritu y del mismo celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas, combaten a su lado por el mismo fin.
Omnia instaurare in Christo
La Fraternidad hizo suya la máxima que fue en otro tiempo el programa de su santo patrono, el Santo Papa Pío X (1903 -1914): “Omnia instaurare in Christo - Restaurar todo en Cristo” (Ef 1,10). Toda la vida humana tanto pública como privada, la vida individual, en familia y en comunidad debe estar sometida, lo más posible, a la ley de Cristo. Es sólo con esta condición que el mundo encontrará la paz y que las almas lograrán la dicha eterna.
Los trabajos de la Fraternidad se pueden resumir por la divisa de su fundador; “Hemos creído en la caridad”, es decir, el amor que Dios tiene por nosotros (cf 1 Jn 1,16).
“La Fraternidad se pone especialmente bajo el patronazgo de Jesús Sacerdote, cuya existencia entera ha sido y es sacerdotal, y para quien el sacrifico de la cruz fue el propósito de su Encarnación… Está también bajo los auspicios de María, Madre del Sacerdote por excelencia y por Él, Madre de todos los sacerdotes en los que Ella forma a su Hijo” (Estatutos).